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La cojera en un Jack Russell Terrier

Aunque la cojera en un Jack Russell Terrier es habitual, no hay que dejarlo en una curiosidad de la raza, es conveniente visitar al veterinario para que determine si la causa de esa cojera puede dar lugar a problemas mayores en un futuro.

 

 

Hace unos pocos meses detectamos que Django tenía una leve cojera en su pata trasera izquierda, al principio pensamos que podía ser debido a tener algo clavado en la almohadilla, o que se hubiera dado un golpe, o una mala caída, pero tras observarlo durante unos días y ver que esa leve cojera continuaba lo llevamos al veterinario.

 

Si nos fijamos en este tipo de cojera, por lo general, se produce en una o ambas patas traseras, y cuando la velocidad de nuestro perrito es media, es decir, ni camina ni corre «al galope», sino cuando va como «al trote» dando esos pequeños saltitos tan característicos.

 

Nuestro veterinario nos comentó que es precisamente a este ritmo cuando más se produce la cojera ya que no es el movimiento «estrella» de los Jacks, acostumbrados a dar carreras a toda velocidad. Por eso cuando van «al trote» cojean si tienen algún problema.

 

Precisamente de esos problemas que pueden derivar en la cojera de un Jack es de lo que me gustaría hablaros, ya que después de mucho tiempo observando a Django y estudiando su problemilla me gustaría compartir con vosotros mi experiencia y seguramente aclarar algunas dudas que serán las mismas que tuve yo en su día.

 

 

1.Cojera por Luxación de rótula

La luxación de rotula consiste en que la rótula se sale de su sitio (luxación) y se mueve hacia izquierda o derecha de su posición, provocando un roce (trauma) sobre las superficies sobre las que se mueve, lo que provoca dolor, molestias y, con el paso del tiempo, artrosis.

 

Precisamente esta dolencia es común en la raza Jack Russell (sobretodo los de pata corta) porque es congénita y hereditaria.

 

El diagnóstico es sencillo, pues bastaría con hacer una radiografía la articulación de la rodilla una vez el perrito ha finalizado su crecimiento óseo, alrededor de los 12 meses de edad.

 

 

En torno a un 20-25%  de los perros que tienen esta enfermedad suelen tener afectadas ambas patas, aunque cada pata puede tener un grado diferente de luxación

 

En cuanto al tratamiento hay dos alternativas, la médica y la quirúrgica:

 

 

Cosequin Taste HA al igual que Synoquin EFA, son dos de los condroportectores más conocidos y recomendados por los veterinarios y su administración es sencilla debido a su sabor agradable.

 

 

 

 

2.Cojera por Legg-Calvé-Perthes (LPC)

Este tipo de cojera se produce por una degeneración de la cabeza del fémur que provoca un gran dolor al hacer ejercicio, y una llamativa cojera.

 

Se localiza en la unión de la cadera y suele desarrollarse en perros jóvenes (4 a 12 meses) de razas pequeñas como las Toy o Terrier: Caniche, Westhighland, Manchester, Pincher, Bichón maltés o el Yorkshire terrier entre otros.

 

La causa exacta de la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes es desconocido, aunque algunos investigadores sugieren que está relacionada con problemas de suministro de sangre a la cabeza del fémur.

 

 

Su diagnóstico es sencillo, pues bastará con una exploración de la extremidad afectada y la zona de articulación de la cadera y una radiografía, en la que suelen aparecer signos de la enfermedad como ensanchamiento del espacio articular, disminución de la densidad ósea, y engrosamiento de cuello del hueso femoral. En casos avanzados, se puede llegar a preciar una deformación extrema de la cabeza femoral, formación de hueso nuevo en la zona afectada, o incluso fractura de cuello femoral.

 

El tratamiento en los primeros estadios de la enfermedad, antes de que se haya cambiado la cabeza del fémur, puede tratarse con calmantes para el dolor y colocando la pata afectada en un cabestrillo durante un tiempo para que no soporte ningún peso.

 

Pero si el dolor y la cojera son persistentes, el único tratamiento será la intervención quirúrgica para eliminar la parte necrótica de la cabeza del fémur, y consistirá en realizar la extracción de la cabeza y cuello femural afectados.

 

Este procedimiento elimina con bastante efectividad el dolor y la recuperación tras la operación es favorable. En la mayoría de los casos, tras un breve plazo, el perrito caminará y realizará su vida de forma completamente normal.

 

 

En ambos casos, y como siempre digo, lo mejor es que ante cualquier duda acudamos a nuestro veterinario para que determine la causa del problema y evitar males mayores para nuestros peludos.

 

Os dejo un vídeo donde se puede ver a Django con su característica cojera:

 

 

 

 

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