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Señales de calma de un perro

Seguro que más de una vez habéis deseado que vuestro perro hable, ya sea porque notáis que le duele algo o no está bien, porqué es un perro reactivo y queréis saber si es que tiene miedo, si no conseguís que se relaje y deseáis preguntarle si podéis hacer algo para que se tranquilice, o simplemente para tener una conversación con vuestro mejor amigo.

 

¿Y si os digo que hay una manera de saber que pasa por esas cabecitas peludas? ¿de entender su idioma sin que digan una sola palabra «humana»? que incluso, podemos tener una pequeña conversación ¿lo creéis? (sobre todo esto último), pues es totalmente cierto.

 

Nuestros peludos, al igual que los seres humanos, tienen un lenguaje, un modo de comunicarse que, aunque no es verbal, es muy rico en expresiones, gestos y conductas que si las observamos y aprendemos a identificar, son capaces de revelarnos cosas como su estado de ánimo, su predisposición al juego, su miedo, su dolor e incluso su amor.

 

 

1. ¿Qué son las señales de calma?

Las conocidas como señales de calma son precisamente parte de ese idioma no verbal con el que podremos descifrar el lenguaje de nuestros perros.

 

Para que os hagáis una idea, se dice que un perro es capaz de demostrar casi 30 señales de calma distintas: bostezar, girar la cabeza, sentarse de espaldas, rascar, lamer, tirarse al suelo panza arriba… una larga lista…

 

Cada una de estas acciones es una señal de calma y cada una de estas señales es una llave para poder comunicarnos con nuestro peludo

 

Estas señales son su lenguaje, su forma de comunicarse con otros perros y con los humanos ¿no os parecería un viaje increíble aprender a hablar su idioma y poder entenderle? y lo mejor ¿poder hablarlo nosotros y que nos entienda?

 

Ellos nos hablan a través de las señales de calma, es la única manera que conocen de comunicarse y ¡nosotros podemos aprender a hablar su idioma!

 

Creedme cuando os digo que la reacción de nuestro peludo es maravillosa, nos entiende a la vez que se queda absolutamente sorprendido y cautivado. Os invito a probarlo.

 

2. Principales señales de calma

Antes de enseñaros a «hablar perruno» debemos saber que nuestros amigos tienen un lenguaje muy rico en gestos, cómo he comentado antes son casi 30 señales de calma.

 

Por lo que es interesante conocer al menos las más habituales, las que se usan más en el día a día, y a medida que nos vamos familiarizando con ellas, que observamos y desciframos a nuestro perrete ir ampliando las palabras. Es como el que aprende inglés, primero te enseñan los verbos y sus conjugaciones, para luego ponerlos correctamente en una frase o conversación.

 

Primero debemos observar y aprender las principales señales de calma para luego comprenderlas dentro de una conversación perro a perro o perro a humano

 

Para ello me he permitido dividirlas en 3 apartados, las que sugieren amistad, vínculo, cariño… las que denotan incomodidad, tensión, reactividad y por ultimo aquellas del día a día en casa.

 

2.1 Señales amistosas o de cariño

Las señales de calma que demuestran amistad, vínculo, juego, felicidad, cariño… son aquellas en las que veremos a nuestro perro con movimientos alegres, rápidos e inquietos, incluso saltitos y golpes con el hocico y patas.

Son señales fáciles de detectar en un entorno de juego como el parque, durante el paseo, en compañía de niños (en aquellos perros sociables y juguetones con niños). Al cruzase con un perro amigo y con el que hay buena relación, en el hogar…

 

2.2. Señales sociales frente a otro perro, humano u otro animal

Son aquellas que reflejan el estado de ánimo de nuestro perro en el momento en el que ha de interactuar o relacionarse con otro individuo ya sea perro, gato, humano u otro tipo de especie.

 

En este caso nuestro amigo podrá hablar un idioma reactivo, de incomodidad o totalmente feliz, en nuestra mano está el saber interpretar a través de sus gestos y movimientos en cual de los tres contextos se está expresando.

 

Los distintos estados por los que nuestro perro podría pasar durante el encuentro con ese otro perro o humano son diversos y por lo tanto también son diversas las señales. Conocerlas, leerlas y saber interpretarlas es de gran ayuda en las relaciones sociales tanto para nuestro amigo como para nosotros mismos.

 

Saber anticiparnos a lo que puede venir según el lenguaje que está mostrando un peludito enriquecerá las relaciones sociales, corregirá reactividades, cambiará muchísimo el paseo (tirones de correa, ladridos, ansiedad…) y lo mejor de todo, nos ayudará a saber cuales son las relaciones sociales que en las que nuestro amigo se siente cómodo y feliz.

 

2.3 Señales del día a día

Estas últimas son un pequeño ejemplo de algunas de las señales cotidianas, aquellas que se dan en casa o en un entorno tranquilo y seguro en el que nuestro peludito se siente cómodo y relajado.

 

 

Saludarnos al llegar a casa o al cruzarnos, cuando busca caricias y mimos, pedirnos comida… son las señales más habituales que podremos observar. Es en el hogar dónde más relajados se sienten y dónde es más fácil interactuar con ellos.

 

 

3. Por dónde empezar y mis recomendaciones

Ya conocéis los tres tipos de clasificación de señales, con eso podéis empezar a comprender a vuestro peludito, «hablar» su idioma, entenderle y anticiparos a distintas situaciones,… pero además de eso me gustaría enseñaros por dónde empecé yo y hasta donde he podido llegar.

 

Se que todavía me queda mucho por aprender, día a día sigo practicando, y no solo con Django, sino también con otros perritos. Al ser un lenguaje universal, que hablan todos los peludos, podemos interpretarlo con todos.

 

Si bien es cierto que no todos los perros muestran todas las señales de calma, sí que en la mayoría de casos podremos observar un gran número de ellas

 

Por ejemplo, Django no suele avisar antes de tener un conflicto con otro perro, no gruñe ni muestra una actitud amenazante, directamente sale como un rayo ladrando y con pose amenazante, se salta todo el protocolo de alerta. Así que con él ya se que tengo que tener más cuidado y anticiparme a los conflictos sociales.

 

Saber estas cosas, nos ayuda a anticiparnos y a solucionar estos pequeños problemillas de conducta, sobre todo en perros reactivos

 

Por todo esto me gustaría recomendaros la lectura de este libro, «El lenguaje de los perros: Las señales de calma» de Turid Rugaas. Es un libro increíble, en el que con solo 60 páginas podemos aprender taaaaaaaaaaanto del lenguaje de nuestros amigos que creedme que os dejará sin palabras.

 

 

La forma en la que está escrito, a través de ejemplos y vivencias propias, nos hace mucho más fácil la comprensión de cada una de las señales de calma.

 

 

A día de hoy lo sigo cogiendo de vez en cuando para consultar dudas. Lo considero un libro que todo humano con perro debería leer ya que nos permite entender muchísimo mejor a nuestro amigo. Lo encontraréis en Amazon por solo 8,55€, os dejo el enlace aquí

 

Yo me lo leí en un par de horas porque no podía parar, en cada frase, en cada párrafo, veía reflejados tantos momentos vividos con mis perros que me quedé totalmente hipnotizada con la lectura. Reinterpreté muchas experiencias que en su momento había creído que eran por un motivo y que resulta que estaba equivocada.

 

¿Cómo era posible que hubiera estado tanto tiempo «sorda» a lo que mis perros querían decirme?

 

Mientras lo leía practicaba con Django, si el bostezaba, yo lo hacía, si miraba a otro lado, yo también, si me tocaba con una pata, lo mismo y siempre siguiendo una conversación, el me estaba hablando y yo le respondía, yo le hablaba y el ¡¡¡me contestaba!!! ¡es una sensación maravillosa!

 

No os podéis imaginar lo que es ver sus ojitos curiosos observándote, dándose cuenta de que le entiendes y, algo que para mí es lo mejor: te entiende… algo así no se puede expresar con palabras (y ya sabéis que me enrollo mucho jajajajaa). Me es imposible describirlo mejor, tenéis que vivirlo para comprenderlo.

 

 

A día de hoy sigo aprendiendo el lenguaje de Django, todavía hay días en que me pilla desprevenida o reinterpreto momentos en los que creía que el «había dicho» otra cosa. Nuestra relación se ha hecho mucho más estrecha, el vínculo es más fuerte y acude a mí siempre que me necesita, soy su guía, su humana, con la que conversa y en la que confía.

 

Os invito a conocer un poco más de cerca este tema, leer el libro, consultarlo las veces que haga falta y practicar, sobre todo practicar con ellos. Os aseguro que descubriréis un mundo apasionante además de tener una relación única con vuestro perro.

 

 

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