La otitis en los perros
Aunque la otitis en los perros es una de las enfermedades más comunes, no por ello debemos tomarla a la ligera, ya que a la larga puede provocar serios problemas de audición y convertirse en una enfermedad crónica, muy molesta para nuestra mascota.
Seguro que más de uno hemos sufrido una otitis en nuestras propias carnes y es algo muy, muy molesto y doloroso, no sabría decir si casi tanto como un dolor de muelas, pero por ahí van los tiros.
Hulk durante su primer año sufrió de otitis muy a menudo, recordemos que es un bóxer y la disposición de sus orejas le hace muy propenso, si además le sumamos que es un perro delicado con sus alergias, hace un cóctel maravilloso para desarrollar la enfermedad muy fácilmente.
Las orejas grandes y caídas por lo general tienden a acumular más suciedad y humedad, lo que es un nido de bacterias y alérgenos estupendo para la otitis.
Con dedicación y constancia hemos conseguido que no vuelva a recaer. De modo que, si vuestro perro también es propenso, os interesará lo que viene a continuación.
Índice
1. ¿Qué es la otitis?
Al igual que en los humanos, la otitis canina se produce por una infección del conducto auditivo, ya sea por una mala higiene del área, por bacterias o parásitos o incluso debido a un proceso alérgico.
Si vemos que se rasca mucho las orejas hasta el punto de hacerse daño, que no deja que le toquemos las orejas ni siquiera por fuera, si tiene más cerumen de lo normal o huele mal, si está hinchado o si cabecea o va con la cabeza de lado, lo mejor es acudir al veterinario para que lo diagnostique y comience el tratamiento.
Generalmente con antibiótico durante unos 5 o 7 días será suficiente.
2. ¿Cómo prevenir la otitis?
Al igual que ocurre en los niños, las otitis en perros se suele producir durante su «niñez» (entre los 1 y 4 primeros años de vida). Pero si, como es mi caso, vuestro perro es propenso a desarrollar otitis, se deben tomar ciertas precauciones para evitar llegar a tener recaídas durante toda su vida, con las consecuentes molestias y probablemente pérdida de audición a la larga.
1. Revisiones veterinarias periódicas cada 6 meses.
2. Es recomendable limpiar los oídos por lo menos una vez al mes, sobretodo si tu perro es de orejas caídas. En nuestro veterinario podemos encontrar líquidos exclusivos para ello. Su aplicación y limpieza es muy sencilla pero en caso de duda siempre es mejor consultarlo al veterinario.
Para Hulk, el veterinario siempre nos recomendó Epi-Otic (Virvac), pero como os digo hay distintas marcas igual de efectivas.
Se debe aplicar el líquido y hacer un ligero masaje en la base de la oreja, después usando toallitas húmedas o gasas húmedas sacaremos la suciedad acumulada.
Nunca debemos limpiar más allá de lo que podamos ver. Además del conducto también limpiaremos el pabellón.
Nunca usaremos bastoncillos de los oídos, puesto que no sabemos la profundidad que puede alcanzar y quizá le hagamos daño.
3. ¿Cuál es el tratamiento de la otitis canina?
Cuando nuestro veterinario diagnostique la otitis, lo más probable es que nos recete unas gotas específicas para el tipo de otitis que sufra nuestro perro. Por lo general se deberán aplicar diariamente durante un período que oscilará entre 5 y 7 días.
Es probable, que transcurrido este período, nuestro veterinario realice una segunda consulta a modo de control, para ver si se ha eliminado completamente la infección. Si todavía queda infección será el propio veterinario el que determine el tratamiento que deberemos continuar.
Para otitis caninas graves se recomienda el uso de antibióticos vía oral o mediante inyección, y mantener el tratamiento una semana más tras la curación de la otitis. Solo se requerirá de intervención quirúrgica en casos de tumor o en los que la otitis se multiplica de forma abundante y rápida. Pero esto no suele ser habitual.
Recordar que la prevención es, casi siempre, la mejor herramienta para combatir las enfermedades.