Mi conejo Apache…

Este es mi conejo Apache, un conejito Belier que estuvo a mi lado casi 8 años y que ocupó un espacio preferente en mi corazón, y no es que yo se lo hubiera dado es que me lo robó desde el primer día en que llegó.

 

Apache fue el cuarto conejito Belier que he tuve, pero ya habrá tiempo de hablaros de Stich, Google y Jumpy…

 

¿y porque es tan especial? Total, si solo es un conejo – los conejos no son sociables – me dicen siembre… Y eso mismo creía yo hasta que conocí a Apache. Por eso no me canso de decirles que están realmente equivocados. Este conejo no es un conejo cualquiera, podríamos decir que es un perrito de orejas caídas de más de 2kg (lo se… está algo gordo)

 

A Apache le encantaaaaaaaaaaba que le acariciara, le manoseara, le subiera en brazos y achuchara hasta asfixiarlo. La mejor manera de hacérmelo saber era un ruidito que hacía con los dientes, como un sutil ronroneo que demuestra que está encantado con las caricias.

 

Si algún día estaba en el sofá viendo la tele y no le había prestado demasiada atención, venía y me daba golpecitos en los tobillos con el hocico o se subía a mis piernas mordisqueándome suave para que le hiciera caso.

 

Aunque lo mejor de todo era ver como corría, orejas al viento, atravesando el comedor como alma que lleva el diablo al escuchar el ajetreo de las verduras que le estaba preparando para la cena.

 

Bueno, creo que se ha notado demasiado que fue favorito y que siempre ocupará un espacio muy muy especial en mi interior.