Perros,  Salud

El síndrome de disfunción cognitiva canina (SDC)

¿Nuestro perro mayor se muestra desorientado, irritable o ansioso? ¿Ha cambiado sus hábitos de sueño o de «hacer sus cosas»? ¿Ha perdido el interés por jugar o interactuar con nosotros? Si estamos notado alguno de estos síntomas en nuestro amigo, es posible que esté sufriendo el síndrome de disfunción cognitiva canina (SDC).

El SDC es una enfermedad neurodegenerativa progresiva y crónica que afecta a muchos perros mayores y que se asemeja a la demencia o el Alzheimer en humanos

También es conocido como la demencia senil canina y hoy me gustaría abordarla explicando qué es la disfunción cognitiva canina, cuáles son sus causas, cómo se diagnostica, qué tratamiento existe y cómo podemos ayudar a nuestro peludo a mejorar su calidad de vida.

1. ¿Qué es la disfunción cognitiva canina?

El síndrome de disfunción cognitiva canina (SDC) es un trastorno degenerativo del cerebro que se produce por el envejecimiento y que afecta al funcionamiento mental de los perros.

Se caracteriza por la acumulación de una proteína llamada beta-amiloide en el cerebro, que forma placas que interfieren con la comunicación entre las neuronas. Esto provoca una pérdida progresiva de memoria, aprendizaje, atención y percepción en los perros.

La SDC es una enfermedad prevalente en los perros mayores, especialmente a partir de los 10 años. Se estima que dos tercios de los perros de 15 años o más tienen algún grado de disfunción cognitiva. Sin embargo, los síntomas pueden empezar a manifestarse en perros de tan solo 6 años.

La causa exacta de la SDC se desconoce, pero se cree que puede estar influenciada por factores genéticos, ambientales o nutricionales. Además, algunas enfermedades crónicas o el estrés pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad.

2. ¿Cómo se diagnostica la disfunción cognitiva canina?

El diagnóstico de la SDC se basa en la observación de los síntomas y en el descarte de otras posibles causas médicas o conductuales que puedan explicarlos. Para ello, nuestro veterinario realizará una exploración física y neurológica completa nuestro amigo, así como pruebas complementarias como análisis de sangre, orina o imágenes cerebrales.

Los síntomas más comunes de la SDC son:

  • Desorientación: se pierde en lugares familiares, no reconoce a las personas o a los objetos, se queda atascado en rincones o detrás de muebles
  • Cambios en la interacción: se muestra menos afectuoso, más irritable o agresivo, menos interesado en jugar o en recibir atención
  • Cambios en el ciclo sueño-vigilia: duerme más durante el día y menos durante la noche, está inquieto o ladra sin motivo aparente
  • Problemas a la hora de «hacer sus cosas»: hace pipi o caca dentro de casa, no pide salir a la calle para hacerlo
  • Cambios en el nivel de actividad: está más apático, menos curioso o explorador, más lento o torpe en sus movimientos

Estos síntomas pueden variar en intensidad y frecuencia según el grado de deterioro cognitivo del perro. Además, pueden confundirse con otros problemas médicos como trastornos hormonales, renales, hepáticos o tumorales; o con problemas conductuales como ansiedad por separación, fobias o trastornos compulsivos.

Por eso es importante consultar con nuestro veterinario de confianza ante cualquier cambio sospechoso en el comportamiento de nuestro peludo.

3. ¿Qué tratamiento existe para la disfunción cognitiva canina?

El tratamiento para la disfunción cognitiva canina se basa en una combinación de pautas de comportamiento, fármacos y suplementos en su dieta. El objetivo es controlar los síntomas, ralentizar la progresión de la enfermedad y mejorar su calidad de vida.

El tratamiento deberá adaptarse a las necesidades de cada perro y es importante que consultemos con nuestro veterinario ante cualquier signo de deterioro cognitivo para poder seguir sus indicaciones.

Sobre todo, no debemos olvidarnos de darle mucho cariño y comprensión a nuestro peludín, ya que es una enfermedad que afecta tanto a su bienestar como al nuestro y sobre la que él no es nada consciente.

4. Consejos para mejorar su bienestar

Lamentablemente, no existe una cura para la SDC ni un tratamiento que pueda revertir el proceso degenerativo del cerebro. Sin embargo, existen algunas medidas que pueden ayudar a controlar los síntomas y a ralentizar la progresión de la enfermedad:

  • Mantener una rutina diaria que le aporte seguridad y estabilidad. Evitando los cambios bruscos en su entorno, horarios o hábitos.
  • Proporciónale un ambiente tranquilo, cómodo y seguro, donde pueda descansar y relajarse. Evitando los ruidos fuertes, las luces intensas o las visitas inesperadas que puedan estresarlo o confundirlo.
  • Estimular su mente y su cuerpo con juegos, paseos y actividades adaptadas a su edad y condición. Evitando el aburrimiento y el sedentarismo, pero tampoco sobre estimularle ni forzarle a hacer cosas que no quiere o no puede.
  • Reforzar su vínculo con nosotros y con otros animales con los que se lleve bien. Darle mucho cariño, atención y comprensión. Evitando castigarlo o regañarlo por sus conductas anormales, ya que no las puede controlar ni entender.
  • Consultar con nuestro veterinario sobre el tratamiento más adecuado. Existen medicamentos que pueden mejorar la función cerebral o que pueden reducir la ansiedad o los trastornos del sueño, como los ansiolíticos o los sedantes. Sigue sus indicaciones sobre la dieta, los suplementos, los medicamentos o cualquier otra medida que pueda ayudar a tu perro a mejorar su función cognitiva y a reducir sus síntomas.
  • Podemos introducir en su dieta suplementos que ayuden a proteger las neuronas del daño oxidativo, a mejorar el metabolismo energético y mejorar su función cognitiva.

La disfunción cognitiva canina es un problema de bienestar animal que requiere de nuestra atención y cuidado. No debemos olvidar que nuestros perros mayores siguen siendo nuestros fieles compañeros y que merecen todo nuestro respeto y cariño.

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